Rechina la maquinaria en furiosa chispa mágica, tiembla el piso y el ambiente se inunda de tinta, ese olor parecido a la felicidad que lo invita a despertar. Revisa apurado la punta de sus lápices, la calidad del papel, sus cigarros, la vejiga del perro, sus discos en fila a un costado del reproductor listo para hacer volar los héroes por la ventana y sacar a bailar a los duendes de abajo de su cama, los malditos también…

Y mientras ocurre todo esto tengo que hablar de sueños y estoy tan despierto que doy lástima. Tengo que hablar de cuando lo virtual se vuelve real a contramano de la cotidianeidad en una cruel batalla contra la posmodernidad donde las letras se rebelan, cansadas de las bombas de indiferencia masiva y encuentran miles de variantes para seguir creando, seguir sintiendo, seguir escribiendo para no escribirse encima, porque escribir es sentir con lo más humano que tenemos: la palabra. Y estoy hablando de escribir, de palabras, de sentimientos, estoy hablando de este libro y al fin hablo de sueños -aunque esté tan despierto- de fantasías e ilusiones porque, aunque no lo parezca, esto que tienen entre sus manos es una nube arrancada, tallada con esa tinta que viene del corazón, vestida y perfumada con el sudor de un ángel de dificultoso oficio y bendecida por el más maldito de los duendes.

Estoy hablando de un libro, aunque podría ser también de un amor, una canción o un hijo. Estoy hablando de la magia de un duende que invita a soñar…

Martín “Pacha” Casado

2 respuestas to “El Prólogo”

  1. Ta Says:

    A ud lo acompaña muy buena gente….
    lo sabia no?


  2. TA: Soy como el Pékerman de los blogs, no se olvide que a usted la descubrí yo. BESAZO

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